Hallazgo

Hay de cada cepa.

Llantos de cansancio
llantos de rabia
llantos desesperados
llantos de la muerte
llantos agazapados.

Llantos de te quiero,
de no te vayas
y de vení que siento tanto.
Llantos broken heart
llantos voy a extrañarte
y llantos quién pudiera.

Hay llantos de deseo,
de silencio
y los hay de certeza.
Hay llantos de fracaso y soledad a las tres de la mañana.
Llantos secos que se vuelven cascarón,
llantitos apenas.

Llantos de esperanza
llantos de alegría
y de la culpa es mía,
llantos de revés
llantos que pierden por goleada,
llantos que reparten patadas hasta el último segundo.

Llantos que mastican las angustias que serán la calma
de ceder un viejo intento y barajar de nuevo.
Llantos que riegan perdigones en trincheras de la espera,
que alargan las tonteras sujetadas a la espalda
como un insoportable paraguas roto.
Y aquella espera que es espera hasta volverse cólera
y luego llanto y luego amnistía.

Llantos fui corriendo para abrazarte y me hice mierda contra vos.
Llantos para irse a dormir hasta nacer de vuelta.

Llantos arrepentimiento,
llantos estúpidamente ingenuos
que no terminan de salírsele al orgullo,
llantos que dejan todo sales en la herida,
inspiraciones grandes como espinas
con saberes por medalla
y palabras por comida.

Llantos que resuelven laberintos.
llantos combustible
llantos río abajo
llantos brote.

Llantos maestros compañero,
con lecciones cinceladas sobre hielo.
No le quede uno sin probar.

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